Nuestras soluciones de señalética tienen una vida útil notable, que a menudo va más allá de la obsolescencia del marketing. En paralelo, las imágenes de marca de nuestros clientes evolucionan en función de los cambios del mercado y de las políticas de marketing asociadas a estos. Por tanto, es primordial considerar nuestros productos a largo plazo, tanto en términos de mantenimiento como de renovación, en función de los cambios constantes de las redes de distribución.
Lo que comúnmente se denomina SPV agrupa dos categorías principales: el aspecto preventivo y el curativo. En el primer caso, la acción consiste en limpiar, controlar y, en su caso, reparar un producto dañado, gastado o simplemente sucio. Una misión que nos resulta fácil llevar a cabo como diseñador e instalador de los productos. Para una relación calidad-precio óptima, este servicio se integra en el presupuesto original, idealmente para un período determinado. Pero también ofrecemos este servicio de mantenimiento a todos nuestros clientes que desean aprovechar nuestra pericia a posteriori, y tratamos entonces directamente con cada emplazamiento que recurre a nosotros.
En el segundo caso, la acción denominada «curativa» consiste en llevar a cabo una intervención eficaz y rápida en caso de problema o de necesidad complementaria, que se constate a posteriori. Por ello, para nosotros es una cuestión de honor estar disponibles para satisfacer plenamente las expectativas de nuestros clientes. Así, no es excepcional que nuestros equipos de proyectos intervengan a demanda, incluso muchos años después de la instalación. Esta flexibilidad y capacidad de reacción, núcleo de nuestro proceso posventa, contribuyen a fidelizar a nuestros clientes a lo largo de varias décadas.